Letra de Almitas Rodantes - Ignacio Copani
Letra de canci�n de Almitas Rodantes de Ignacio Copani lyrics
Ni los vientos, ni los mares
aparecen en esta canci�n de amor de Buenos Aires.
Ni los retos de los padres,
han cruzado la pobre raz�n de los chicos errantes.
Ni los cuentos, ni las artes,
acarician su imaginaci�n, sus almitas rodantes.
Entre ellos se reparten,
el abrazo que nadie les dio cuando se hizo tan tarde.
Soledad vive abajo de un puente en la oscura ranchada,
en el centro del barrio caliente de la terminal.
Se enamora y se desenamora una vez por semana de Juan
y a la hora del sue�o no sue�a y empieza a cantar.
Dame algo m�s para fumar
que no me acuerdo ni mi nombre.
Dame un beso, dame un pan,
s� mi techo, s� mi hombre.
Ni los versos, ni los bailes,
han tomado como inspiraci�n a una chica en la calle.
Ni las leyes oficiales,
https://www.coveralia.com/letras/almitas-rodantes-ignacio-copani.php
tienen multas para cuando yo miro para otra parte.
Ni los vientos, ni los mares,
hacen juego con ni�os mugrientos, futuros culpables.
Ni a los fieros animales
se abandona como a estas personas en nuestras ciudades.
Soledad vive abajo de un puente en la oscura ranchada,
en el centro del barrio caliente de la terminal.
Se enamora y se desenamora una vez por semana de Juan
y a la hora del sue�o no sue�a y empieza a cantar.
Dame algo m�s para fumar
que no me acuerdo ni mi nombre.
Dame un beso, dame un pan,
se mi techo, se mi hombre.
Dale Juan, and� a robar,
que yo te espero sabes donde...
Dame un peso y te doy m�s
de lo que todos nos esconden.
aparecen en esta canci�n de amor de Buenos Aires.
Ni los retos de los padres,
han cruzado la pobre raz�n de los chicos errantes.
Ni los cuentos, ni las artes,
acarician su imaginaci�n, sus almitas rodantes.
Entre ellos se reparten,
el abrazo que nadie les dio cuando se hizo tan tarde.
Soledad vive abajo de un puente en la oscura ranchada,
en el centro del barrio caliente de la terminal.
Se enamora y se desenamora una vez por semana de Juan
y a la hora del sue�o no sue�a y empieza a cantar.
Dame algo m�s para fumar
que no me acuerdo ni mi nombre.
Dame un beso, dame un pan,
s� mi techo, s� mi hombre.
Ni los versos, ni los bailes,
han tomado como inspiraci�n a una chica en la calle.
Ni las leyes oficiales,
https://www.coveralia.com/letras/almitas-rodantes-ignacio-copani.php
tienen multas para cuando yo miro para otra parte.
Ni los vientos, ni los mares,
hacen juego con ni�os mugrientos, futuros culpables.
Ni a los fieros animales
se abandona como a estas personas en nuestras ciudades.
Soledad vive abajo de un puente en la oscura ranchada,
en el centro del barrio caliente de la terminal.
Se enamora y se desenamora una vez por semana de Juan
y a la hora del sue�o no sue�a y empieza a cantar.
Dame algo m�s para fumar
que no me acuerdo ni mi nombre.
Dame un beso, dame un pan,
se mi techo, se mi hombre.
Dale Juan, and� a robar,
que yo te espero sabes donde...
Dame un peso y te doy m�s
de lo que todos nos esconden.