Letra de Ay! Carmela - Joaquin Sabina
Letra de canci�n de Ay! Carmela de Joaquin Sabina lyrics
Ay Carmela, me duelen tus ojos
sembrando rastrojos
canela en la nieve.
Como dos carabelas,
tan pintas, tan ni�as, tan leves.
Minifalda
con bici a la espalda
y nariz indiscreta,
poco m�s que decir.
Urge sobrevivir
te mereces un novio poeta
No me pidas que muera por t�
lo que queda de m�
se subasta a la mejor postora
como un parco mot�n
en el barco ru�n de la aurora.
No me obligues a hacerte la ola
sigue sola tu camino
al fin y al cabo ni s� ni sabo
cu�nto nos cobra el destino.
En los bares del foro
romp�as el gui�n
de una peli con final feliz.
https://www.coveralia.com/letras/ay--carmela-joaquin-sabina.php
No hab�a rubia en el coro
m�s loro ni m�s Norma Jean.
Y despu�s de la feria y el cole,
la histeria y el miedo;
si te da por contar
hombros donde llorar
va a sobrarte una mano y seis dedos.
No me canso de hablarte
aunque pronto mi voz
suene a grano de arroz repetido
y desampararte es jugar
a los fuegos de azar del olvido.
Nada amanece, todo envejece,
plancha tu velo de tul.
Tal vez ma�ana a tu ventana
llam� otro pr�ncipe azul.
Y no s� de qu� modo
dejar de adorarte sin duelo
entre nunca y qui�n sabe.
Cuando quemes tus naves
no me pierdas las llaves del cielo.
sembrando rastrojos
canela en la nieve.
Como dos carabelas,
tan pintas, tan ni�as, tan leves.
Minifalda
con bici a la espalda
y nariz indiscreta,
poco m�s que decir.
Urge sobrevivir
te mereces un novio poeta
No me pidas que muera por t�
lo que queda de m�
se subasta a la mejor postora
como un parco mot�n
en el barco ru�n de la aurora.
No me obligues a hacerte la ola
sigue sola tu camino
al fin y al cabo ni s� ni sabo
cu�nto nos cobra el destino.
En los bares del foro
romp�as el gui�n
de una peli con final feliz.
https://www.coveralia.com/letras/ay--carmela-joaquin-sabina.php
No hab�a rubia en el coro
m�s loro ni m�s Norma Jean.
Y despu�s de la feria y el cole,
la histeria y el miedo;
si te da por contar
hombros donde llorar
va a sobrarte una mano y seis dedos.
No me canso de hablarte
aunque pronto mi voz
suene a grano de arroz repetido
y desampararte es jugar
a los fuegos de azar del olvido.
Nada amanece, todo envejece,
plancha tu velo de tul.
Tal vez ma�ana a tu ventana
llam� otro pr�ncipe azul.
Y no s� de qu� modo
dejar de adorarte sin duelo
entre nunca y qui�n sabe.
Cuando quemes tus naves
no me pierdas las llaves del cielo.