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En la formaci�n del Congreso de este disco tambi�n destaca la presencia de Fernando Gonz�lez en guitarra el�ctrica y Patricio Gonz�lez en violoncello, hermanos del "Tilo" e integrantes de la formaci�n original y que terminar�n con este disco su relaci�n con el grupo, al menos su relaci�n oficial.
El disco tiene varios puntos altos, con una fuerte visi�n universalista en los textos de Sazo y un marcado eclecticismo r�tmico por parte de un experimental "tilo" Gonz�lez. Pasa de temas bastante movidos como "s�bete a la vereda" y por supuesto el cl�sico "calypso intenso" con su estribillo que es coreado en cada una de sus presentaciones por todos los asistentes "Y el sol y la luna, no saben... nada" hacia temas totalmente introspectivos como Canci�n Nkwambe que le habla a todos los sujetos sufrientes de la tierra, sobre todo al pobre cautivo que sue�a con escapar... con todos los hombres que no est�n..." a pesar de su tono universalista, su solidaridad con la causa africana, que llegar� a un nivel m�s concreto en el disco siguiente a trav�s del tema "En todas las esquinas", en cada una de las presentaciones de este disco, desde el Caf� del cerro hasta la Escuela de Ingenier�a de la Universidad de Chile, o el acto "de las artes por la U" durante el paro de Federici, las reminiscencias a la realidad chilena eran bastante evidentes.
Entre medio, canciones de amor como Nocturno o Estoy que me muero, dan el p�vulo al lucimiento de los arreglos del Tilo, la maestr�a de Jaime Atenas en el saxo o Jorge Campos en el bajo, la presencia del fallecido Jaime Vivanco en los teclados quien deja su impronta en este disco y la sonoridad que le otorga la marimba de �Ricardo Vivanco.
En suma un disco que le habla a su �poca, que instala el sonido de Congreso con temas que son quiz�s algunos de los puntos m�s altos y mejor logrados en la historia del grupo y que configura la identidad de un grupo que hasta el d�a de hoy representa lo mejor de nuestra m�sica.