Letra de Aurora - Javier Ruibal
Letra de canci�n de Aurora de Javier Ruibal lyrics
Campana de la alegr�a
por la plazuela del Gato
-�Dios me ampare!-,
yo te vi salir;
y temblaron las paredes
cuando pregunt� "�te vienes?"
Tu silencio me dijo que s�.
Ante tanta primavera,
qu� cristiano no se entrega,
y me hice devoto de tu piel.
Y de tu piel un rosario,
trampantojo de los labios,
fuimos de los besos a la miel.
�Ay, ay, Aurora!,
no terminaba de amanecer:
cu�ntame el secreto que hay en tu cama.
�Ay, ay, Aurora!,
el tiempo nunca pas� por ti:
yo sigo ardiendo en la misma llama.
Fueron de lunes a jueves
un derroche de claveles,
una sobredosis de pasi�n.
Un infierno de relojes
https://www.coveralia.com/letras/aurora-javier-ruibal.php
acechaba las ventanas:
s�lo quiero o�r tu coraz�n.
Y hasta el Carmen de los Fuentes
me trep� el �ltimo d�a
a robar magnolias y azahar.
Suspirabas por el puente:
c�mo duele de repente
todo lo que tiene que acabar.
�Ay, ay, Aurora!,
dime que m�s se puede pedir,
si la vida ya me la regalabas.
�Ay, ay, Aurora!
el tiempo nunca pas� por ti:
yo sigo ardiendo en la misma llama.
Campana de la tristeza
por la plazuela del Gato
-�Dios me ampare!-,
fue la soledad
aquel viernes de ceniza
que lloraste una sonrisa
y llovi� toda una eternidad.
por la plazuela del Gato
-�Dios me ampare!-,
yo te vi salir;
y temblaron las paredes
cuando pregunt� "�te vienes?"
Tu silencio me dijo que s�.
Ante tanta primavera,
qu� cristiano no se entrega,
y me hice devoto de tu piel.
Y de tu piel un rosario,
trampantojo de los labios,
fuimos de los besos a la miel.
�Ay, ay, Aurora!,
no terminaba de amanecer:
cu�ntame el secreto que hay en tu cama.
�Ay, ay, Aurora!,
el tiempo nunca pas� por ti:
yo sigo ardiendo en la misma llama.
Fueron de lunes a jueves
un derroche de claveles,
una sobredosis de pasi�n.
Un infierno de relojes
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acechaba las ventanas:
s�lo quiero o�r tu coraz�n.
Y hasta el Carmen de los Fuentes
me trep� el �ltimo d�a
a robar magnolias y azahar.
Suspirabas por el puente:
c�mo duele de repente
todo lo que tiene que acabar.
�Ay, ay, Aurora!,
dime que m�s se puede pedir,
si la vida ya me la regalabas.
�Ay, ay, Aurora!
el tiempo nunca pas� por ti:
yo sigo ardiendo en la misma llama.
Campana de la tristeza
por la plazuela del Gato
-�Dios me ampare!-,
fue la soledad
aquel viernes de ceniza
que lloraste una sonrisa
y llovi� toda una eternidad.