Letra de El Embrujo De Mi Tierra - Peteco Carabajal
Letra de canci�n de El Embrujo De Mi Tierra de Peteco Carabajal lyrics
Te voy a contar si quieres
como es la vida en mi pago
la pucha que es un halago
contarte con alegr�a
perd�n por mi fantas�a,
pero no hay otro Santiago.
El cielo tiene ventanas
por donde el sol nos despierta,
dejamos la puerta abierta
por la amistad ma�anera,
y un ritmo de chacarera
te pone el alma de fiesta.
Se cuelgan de los tunales
vivos rayitos de luna,
como amasando la tuna
pa� convertirla en arrope,
y un viento pasa al galope
cuando la noche madura.
Haz de llevar para siempre
https://www.coveralia.com/letras/el-embrujo-de-mi-tierra-peteco-carabajal.php
prendida como una estrella,
el embrujo de esta tierra,
como una de sus virtudes.
Ser�n las noches azules
con patios de chacarera.
Sonrisa de miel que endulza
tu rostro de arena y barro,
es el viejo Misky Mayu,
sonrisa de mis abuelos,
saber y espejo del suelo
de este pago milenario.
La guardia salamanquera
se hace escuchar en la siesta
como si fuera la orquesta
de nuestros antepasados,
que al irse fueron dejando
la afinaci�n de mi tierra.
como es la vida en mi pago
la pucha que es un halago
contarte con alegr�a
perd�n por mi fantas�a,
pero no hay otro Santiago.
El cielo tiene ventanas
por donde el sol nos despierta,
dejamos la puerta abierta
por la amistad ma�anera,
y un ritmo de chacarera
te pone el alma de fiesta.
Se cuelgan de los tunales
vivos rayitos de luna,
como amasando la tuna
pa� convertirla en arrope,
y un viento pasa al galope
cuando la noche madura.
Haz de llevar para siempre
https://www.coveralia.com/letras/el-embrujo-de-mi-tierra-peteco-carabajal.php
prendida como una estrella,
el embrujo de esta tierra,
como una de sus virtudes.
Ser�n las noches azules
con patios de chacarera.
Sonrisa de miel que endulza
tu rostro de arena y barro,
es el viejo Misky Mayu,
sonrisa de mis abuelos,
saber y espejo del suelo
de este pago milenario.
La guardia salamanquera
se hace escuchar en la siesta
como si fuera la orquesta
de nuestros antepasados,
que al irse fueron dejando
la afinaci�n de mi tierra.