Letra de El Sonido De La Ciudad - Miguel Rios
Letra de canci�n de El Sonido De La Ciudad de Miguel Rios lyrics
Escogi� una esquina concurrida
donde tocar su guitarra.
Coloc� en la funda unas monedas
para ver si alguien picaba.
Es el sonido de la ciudad
el pulso r�tmico del suburbano
es el juglar que se ha puesto las pilas
invadiendo el vecindario.
Caminaba aislada de este mundo
por el caos de la calzada
enchufada a su miniradio
conectando su programa.
Es el sonido de la ciudad
el pulso acelerado de una ni�a
es una fuga sobre un par de cascos
a un volumen suicida.
Es la canci�n de la ciudad
que mezcla calma con fragor.
https://www.coveralia.com/letras/el-sonido-de-la-ciudad-miguel-rios.php
Es un rumor existencial
entre bullicio y refrescor.
Es un suspiro, una explosi�n
es una bronca, un surtidor
risas de ni�os al jugar.
Los atascos convierten en fieras
a tranquilos conductores
suena un cataclismo de bocinas
para pobres peatones.
Es el sonido de la ciudad
el pulso loco de la vida urbana.
Es el rugido que golpea la calle
la estridencia cotidiana.
Son los sonidos de la ciudad
el pulso loco de la vida urbana
el poema que golpea la calle
la balada cotidiana.
donde tocar su guitarra.
Coloc� en la funda unas monedas
para ver si alguien picaba.
Es el sonido de la ciudad
el pulso r�tmico del suburbano
es el juglar que se ha puesto las pilas
invadiendo el vecindario.
Caminaba aislada de este mundo
por el caos de la calzada
enchufada a su miniradio
conectando su programa.
Es el sonido de la ciudad
el pulso acelerado de una ni�a
es una fuga sobre un par de cascos
a un volumen suicida.
Es la canci�n de la ciudad
que mezcla calma con fragor.
https://www.coveralia.com/letras/el-sonido-de-la-ciudad-miguel-rios.php
Es un rumor existencial
entre bullicio y refrescor.
Es un suspiro, una explosi�n
es una bronca, un surtidor
risas de ni�os al jugar.
Los atascos convierten en fieras
a tranquilos conductores
suena un cataclismo de bocinas
para pobres peatones.
Es el sonido de la ciudad
el pulso loco de la vida urbana.
Es el rugido que golpea la calle
la estridencia cotidiana.
Son los sonidos de la ciudad
el pulso loco de la vida urbana
el poema que golpea la calle
la balada cotidiana.