Letra de Fantasia Y Realidad - Callejeros
Letra de canci�n de Fantasia Y Realidad de Callejeros lyrics
'A veces, las lluvias s�lo mojan' -pens�-
El h�roe del fuerte en esos a�os.
Salir de la tumba y no tener vocaci�n
a cualquier yugo que no fuera de ca�o.
Ansiosas melod�as tarareaba;
canciones de sables sin remache.
Sus acciones en la vida levantaron
cuando pudo comerse a la hija,
del 'honorable' senador.
Una nena enroscada en los negocios de pap�,
merquera y sutil pero fiestera
se conocieron trabajando en casanova:
Ella vendiendo y El haciendo billeteras
con brazos abiertos a este ladri,
el partido lo recibi� gustoso:
'Secretario de pasta' en la semana,
https://www.coveralia.com/letras/fantasia-y-realidad-callejeros.php
se hizo mulo de todos los poderosos.
Fantas�a y Realidad,
a esta historia le da igual.
El negocio fue creciendo para todos,
para todos menos para los que esperan
para esos que transpiran de impaciencia,
los ' sin zapatos' que no pasan a esta 'fiesta'.
Los reyes y pap� noel no existen
y ala gente s�lo la ayuda la gente.
No existe m�s iluso que el iluso
que a�n espere que la mano,
se la de el que lo gobierne.
El h�roe del fuerte en esos a�os.
Salir de la tumba y no tener vocaci�n
a cualquier yugo que no fuera de ca�o.
Ansiosas melod�as tarareaba;
canciones de sables sin remache.
Sus acciones en la vida levantaron
cuando pudo comerse a la hija,
del 'honorable' senador.
Una nena enroscada en los negocios de pap�,
merquera y sutil pero fiestera
se conocieron trabajando en casanova:
Ella vendiendo y El haciendo billeteras
con brazos abiertos a este ladri,
el partido lo recibi� gustoso:
'Secretario de pasta' en la semana,
https://www.coveralia.com/letras/fantasia-y-realidad-callejeros.php
se hizo mulo de todos los poderosos.
Fantas�a y Realidad,
a esta historia le da igual.
El negocio fue creciendo para todos,
para todos menos para los que esperan
para esos que transpiran de impaciencia,
los ' sin zapatos' que no pasan a esta 'fiesta'.
Los reyes y pap� noel no existen
y ala gente s�lo la ayuda la gente.
No existe m�s iluso que el iluso
que a�n espere que la mano,
se la de el que lo gobierne.