Letra de La Rosarina (Ac�stico) - Las Pastillas Del Abuelo
Letra de canci�n de La Rosarina (Ac�stico) de Las Pastillas Del Abuelo lyrics
Ella buscaba en su armario
porque hab�a perdido la raz�n,
yo exprim�a diccionarios
para poder hacer una canci�n.
No me acuerdo muy bien
cu�ntos besos dejamos en cada esquina,
pero imposible olvidarme
de aquel cuarto donde aquella noche subi�
la adrenalina.
Y se juntaron Rosario y la Capital,
se juntaron el bien y el mal,
se juntaron dos almas en una sola
se juntaron Sabina y Piazzolla.
Se junt� una religi�n que era puro coraz�n
con otra que nunca existi�,
se juntaron dos camas y no alcanzaban
para tanto fuego, tanta acci�n,
tanto descontrol.
Elegimos el colch�n m�s chico
https://www.coveralia.com/letras/la-rosarina--acustico--las-pastillas-del-abuelo.php
y pareci� de dos plazas,
cuando el colch�n termin� bienvenido fue el piso
del comedor de su casa.
A cada beso ca�a una estrella,
cada ara�azo calmaba el dolor,
cuando me acuerdo de ella
levanto mi vaso y brindo
adonde quiera que est�s
por nuestra canci�n.
Se juntaron Rosario y la Capital,
se juntaron el bien y el mal,
se juntaron dos almas en una sola
se juntaron Sabina y Piazzolla.
Se junt� una religi�n que era puro coraz�n
con otra que nunca existi�,
se juntaron dos camas y no alcanzaban
para tanto fuego, tanta acci�n,
tanto descontrol.
porque hab�a perdido la raz�n,
yo exprim�a diccionarios
para poder hacer una canci�n.
No me acuerdo muy bien
cu�ntos besos dejamos en cada esquina,
pero imposible olvidarme
de aquel cuarto donde aquella noche subi�
la adrenalina.
Y se juntaron Rosario y la Capital,
se juntaron el bien y el mal,
se juntaron dos almas en una sola
se juntaron Sabina y Piazzolla.
Se junt� una religi�n que era puro coraz�n
con otra que nunca existi�,
se juntaron dos camas y no alcanzaban
para tanto fuego, tanta acci�n,
tanto descontrol.
Elegimos el colch�n m�s chico
https://www.coveralia.com/letras/la-rosarina--acustico--las-pastillas-del-abuelo.php
y pareci� de dos plazas,
cuando el colch�n termin� bienvenido fue el piso
del comedor de su casa.
A cada beso ca�a una estrella,
cada ara�azo calmaba el dolor,
cuando me acuerdo de ella
levanto mi vaso y brindo
adonde quiera que est�s
por nuestra canci�n.
Se juntaron Rosario y la Capital,
se juntaron el bien y el mal,
se juntaron dos almas en una sola
se juntaron Sabina y Piazzolla.
Se junt� una religi�n que era puro coraz�n
con otra que nunca existi�,
se juntaron dos camas y no alcanzaban
para tanto fuego, tanta acci�n,
tanto descontrol.