Letra de Pichoncito 'E Calandria - Orlando Vera Cruz
Letra de canci�n de Pichoncito 'E Calandria de Orlando Vera Cruz lyrics
Taloni� su lunanco,
temblequi� la �el rebenque,
se afirm� en los estribos,
se balanci� la rama�
Dej� el nido vac�o,
y alz� al seno la carga
con el g�eco �e la mano�
�Pichoncito �e calandria!
-El ovejero guacho
se ha topao con su hermana.
-No sea hereje mocoso,
larguela que no es falda.
-Dejenl�; pa� escarmiento
con una rastrillada,
le va a planchar las plumas
cualesquier alpargata.
(Y los ojos del chico
lagrimiaban de rabia.)
�C�mo ser�n de g�enos!
Al fog�n trabuquiaba,
y la yebaba al patio
le alisaba las alas,
le soplaba el pechito
mientras le recordaba:
�vamos de compa�eros,
pichoncito �e calandria�
�Y se cri� la matrera
que naci� montaraza;
oviyito �e sonidos
como prima trabada.
Sigui� al guacho en la senda,
repuntando majadas,
de algarrobo a quebracho,
del quebracho a la espalda
del gur�, que si s�lo,
le besaba las alas�
Punti� un triste en sus tardes,
se gan� hasta en su cama,
centinela de noche
y aclarando una diana.
Novia, madre, instrumento,
�pichoncito �e calandria!
Eran los aparceros
por las huellas pesadas.
Si �l quebraba un chiflido,
eya lo acompa�aba;
y si en flauta �de a peso�
https://www.coveralia.com/letras/pichoncito--e-calandria-orlando-vera-cruz.php
su polkita iba en ancas,
eya como celosa de esas notas, cayaba�
Cuando atizaba el juego
curosiaba las brasas;
y si al darse un amargo
�su patr�n� no la espiaba,
de a saltitos, corriendo
le ped�a una mirada,
y cayendo del hombro
por el brazo hecho rama,
le hac�a ronda de g�elos
y cantaba� cantaba�
Cuando el ni�o Juan Carlos
se prend� �e la paisana,
le pidieron al guacho
que su precio fijara;
la tas� en un silencio
con la cabeza gacha;
lo samarri� el puestero:
��tr�i pa�ac� esa calandria!�
y el m�s juerte, m�s juerte
sin querer la apretaba�
Cuando el sol de esa tarde
pa� la noche rumbiaba,
busc� punta de estreyas,
dibuj� una patriada,
prepar� las pilchitas,
cort� campo abri� marcha
por las huellas oscuras,
bandi� al fin la ca�ada,
mientra eya contenta
sobre el pecho cantaba.
Eran dos corazones
untando ala con ala;
eran guachos del monte
que la suerte apariaba�
-�Ni te vendo, ni cambio
ni te regalo, hermana.
Sos l��nico que tengo,
pichoncito �e calandria!
Iban juntos dos p�jaros
por esa madrugada,
juntando alas y silbos
como dos esperanzas�
Y el camino y el monte
con amor lo espiaban,
y contenta, en un canto
floreci� la calandria.
temblequi� la �el rebenque,
se afirm� en los estribos,
se balanci� la rama�
Dej� el nido vac�o,
y alz� al seno la carga
con el g�eco �e la mano�
�Pichoncito �e calandria!
-El ovejero guacho
se ha topao con su hermana.
-No sea hereje mocoso,
larguela que no es falda.
-Dejenl�; pa� escarmiento
con una rastrillada,
le va a planchar las plumas
cualesquier alpargata.
(Y los ojos del chico
lagrimiaban de rabia.)
�C�mo ser�n de g�enos!
Al fog�n trabuquiaba,
y la yebaba al patio
le alisaba las alas,
le soplaba el pechito
mientras le recordaba:
�vamos de compa�eros,
pichoncito �e calandria�
�Y se cri� la matrera
que naci� montaraza;
oviyito �e sonidos
como prima trabada.
Sigui� al guacho en la senda,
repuntando majadas,
de algarrobo a quebracho,
del quebracho a la espalda
del gur�, que si s�lo,
le besaba las alas�
Punti� un triste en sus tardes,
se gan� hasta en su cama,
centinela de noche
y aclarando una diana.
Novia, madre, instrumento,
�pichoncito �e calandria!
Eran los aparceros
por las huellas pesadas.
Si �l quebraba un chiflido,
eya lo acompa�aba;
y si en flauta �de a peso�
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su polkita iba en ancas,
eya como celosa de esas notas, cayaba�
Cuando atizaba el juego
curosiaba las brasas;
y si al darse un amargo
�su patr�n� no la espiaba,
de a saltitos, corriendo
le ped�a una mirada,
y cayendo del hombro
por el brazo hecho rama,
le hac�a ronda de g�elos
y cantaba� cantaba�
Cuando el ni�o Juan Carlos
se prend� �e la paisana,
le pidieron al guacho
que su precio fijara;
la tas� en un silencio
con la cabeza gacha;
lo samarri� el puestero:
��tr�i pa�ac� esa calandria!�
y el m�s juerte, m�s juerte
sin querer la apretaba�
Cuando el sol de esa tarde
pa� la noche rumbiaba,
busc� punta de estreyas,
dibuj� una patriada,
prepar� las pilchitas,
cort� campo abri� marcha
por las huellas oscuras,
bandi� al fin la ca�ada,
mientra eya contenta
sobre el pecho cantaba.
Eran dos corazones
untando ala con ala;
eran guachos del monte
que la suerte apariaba�
-�Ni te vendo, ni cambio
ni te regalo, hermana.
Sos l��nico que tengo,
pichoncito �e calandria!
Iban juntos dos p�jaros
por esa madrugada,
juntando alas y silbos
como dos esperanzas�
Y el camino y el monte
con amor lo espiaban,
y contenta, en un canto
floreci� la calandria.
