Letra de Tita De Buenos Aires - Cacho Casta�a
Letra de canci�n de Tita De Buenos Aires de Cacho Casta�a lyrics
Te pintaron las cejas con dos pinceladas de asfalto
caliente
y qued� Buenos Aires dibujada en tu frente.
Y esa pena de amor que agrand� tus ojeras, faltando a
la cita,
no pudiste borrarla ni con agua bendita.
Era escudo y espada tu palabra atrevida,
tu mirada insolente, cuanto miedo ten�as que te da�e
la gente.
Esa gente que hablaba y que mal comentaba tu
sabidur�a.
Ellos nunca supieron lo que t� ya sab�as
Tita de Buenos Aires, Tita m�a,
la de los tangos calientes y las manos tan fr�as,
la de plegarias al cielo como la Madre Mar�a.
La del mercado de Abasto, la del paseo en tranv�a.
Ese loco coraje de potro salvaje, te galopa en las
venas
https://www.coveralia.com/letras/tita-de-buenos-aires-cacho-castana.php
cuando bailas un tango, cuando cantas tus penas.
Y aunque tires la bronca, me trates de loco,
de nada me quejo, tu mirada en silencio es tambi�n un
consejo.
Te pintaron las cejas con dos pinceladas de asfalto
caliente
y qued� Buenos Aires y su calle Corrientes.
Esa pena de amor que agrand� tus ojeras faltando a la
cita,
no pudieron borrarla ni con agua bendita.
Tita de Buenos Aires, Tita m�a,
la de los tangos calientes y de las manos tan fr�as,
la de plegarias al cielo como la Madre Mar�a.
La del mercado de Abasto, la del paseo en tranv�a
Que pocos, que pocos se dieron cuenta
cuanto miedo les ten�as
caliente
y qued� Buenos Aires dibujada en tu frente.
Y esa pena de amor que agrand� tus ojeras, faltando a
la cita,
no pudiste borrarla ni con agua bendita.
Era escudo y espada tu palabra atrevida,
tu mirada insolente, cuanto miedo ten�as que te da�e
la gente.
Esa gente que hablaba y que mal comentaba tu
sabidur�a.
Ellos nunca supieron lo que t� ya sab�as
Tita de Buenos Aires, Tita m�a,
la de los tangos calientes y las manos tan fr�as,
la de plegarias al cielo como la Madre Mar�a.
La del mercado de Abasto, la del paseo en tranv�a.
Ese loco coraje de potro salvaje, te galopa en las
venas
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cuando bailas un tango, cuando cantas tus penas.
Y aunque tires la bronca, me trates de loco,
de nada me quejo, tu mirada en silencio es tambi�n un
consejo.
Te pintaron las cejas con dos pinceladas de asfalto
caliente
y qued� Buenos Aires y su calle Corrientes.
Esa pena de amor que agrand� tus ojeras faltando a la
cita,
no pudieron borrarla ni con agua bendita.
Tita de Buenos Aires, Tita m�a,
la de los tangos calientes y de las manos tan fr�as,
la de plegarias al cielo como la Madre Mar�a.
La del mercado de Abasto, la del paseo en tranv�a
Que pocos, que pocos se dieron cuenta
cuanto miedo les ten�as